El dogma de La Inmaculada Concepción de María, proclamado por la Iglesia católica en 1854 sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre.
Sevilla fue la primera ciudad del mundo en solicitar al Papa Paulo V el Dogma de la Concepción de la Virgen María, anhelo nacido en 1417
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